martes, 5 de junio de 2018

III Encuentro de la BlogoTSfera

De izquierda a derecha, de pie: Fabio, Ramón, Ana Lima (anfitriona), Rafa, Nacho, Alba, Ruben y Karina.
Aguantando el tipo abajo: Miguel, José María, Israel, María José y el que firma.

     La BlogoTSfera (red de trabajadores y trabajadoras sociales con blog) se reúne oficialmente por tercera vez desde que se formó, hace ya SEIS AÑOS. Me siento muy orgulloso de formar parte de este grupo desde el año en que se creó, allá por 2012. Nos hemos reunido más veces, en encuentros más pequeños y en grupo numeroso, como los dos últimos Congresos de Trabajo Social, en Marbella y en Mérida: organizar alguna actividad en un momento tan importante de nuestra profesión se está consolidando y el Consejo General apuesta fuerte por nuestro grupo. Actualmente somos 34, aunque hemos llegado a ser un total de 65 bloguers.

     Tocaba hacer balance, revisar objetivos, requisitos y pensar en el futuro, un futuro que está garantizado como ha quedado patente en el entusiasmo que seguimos mostrando como grupo y lo hicimos el pasado sábado 2 de junio en Madrid (en la foto se ve ¿verdad?). Además hemos podido tocarnos, que no sólo de realidad virtual vive el trabajador social tecnológico. Y conocer en persona a algunas de las últimas incorporaciones, entre las que como novedad, hay blogs grupales. Echamos mucho de menos a quienes no pudieron asistir ¡en la próxima os vamos a buscar si hace falta a Zaragoza, Almería, Sevilla...!

     En los inicios de esta aventura, hace más de cinco años, publiqué una entrada en la que hablé de SERENDIPIA, pues así siento que la BlogoTSfera llegó hasta mí, en un momento en que necesitaba compartir con otros profesionales mis inquietudes para poder avanzar. Simplemente ocurrió, de forma inesperada en un giro genial de acontecimientos casuales.

       A veces cuesta mantener un ritmo de publicaciones, personalmente hay temporadas en que tengo tanta actividad que he de elegir entre vivir o escribir, pero nunca he sentido la necesidad de abandonar este espacio virtual y en esa motivación que se recicla tienen mucho que ver las y los compañeros de este grupo único.


     Para terminar mi visita a Madrid me tomo un café en la plaza de Pedro Zerolo y pienso que hay hombres que desde el sosiego combativo cambian el mundo con ideas, cariño y fuerza, con mucha constancia, hasta el último día de sus vidas. Y mientras observo ese gran LAZO ROJO ahora manchado con graffitis, símbolo de la lucha contra el SIDA, saboreo la cafeína que me ofrece claridad mental y motivación para seguir con mis activismos, renovando el compromiso. Apuro la taza porque mi amigo Nacho me espera en la feria del libro, pero esta es otra historia aún por escribir.

     Ya en Salamanca, con la mochila llena de abrazos, retomo la escritura e intento organizar ideas. Si me lees y algún día traspasamos la barrera de las frías pantallas que nos separan, dame un ABRAZO, es  por encima de todo lo que más me gusta en esta vida.