miércoles, 7 de septiembre de 2016

Mentir a los usuarios ¡¡ERROR!!




     Una experiencia poco agradable en mi trabajo me ha llevado a esta reflexión que en realidad no es nueva. Un choque en la forma de entender la relación con los usuarios por parte de otra trabajadora social con la que tengo que coordinarme para algunos casos, y que ha generado un conflicto importante que me lleva a cuestionar cómo algunos profesionales del Trabajo Social entienden nuestra función y la relación que se establece con los usuarios.

     El caso no viene a cuento más allá del cabreo que me pillé ante la recomendación que me hizo esta "profesional" de que mintiera a los usuarios respecto al derecho que tienen a recibir una prestación de Servicios Sociales en una modalidad concreta. Que esta prestación se organice de ese modo afecta al trabajo de la empresa a través de la cual se presta el servicio vía convenio (¡gracias externalización!) y la sugerencia de esta compañera, ante la dificultad para la prestación del mismo en condiciones adecuadas y dignas, es: "puedes decirles que no tienen derecho". ¡Bravo, ética, no eres bienvenida en este juego!

     No obstante el tema va más allá del caso concreto, el tema de reflexión es la mentira, y respecto a esto me hago unas cuantas preguntas, pues me gustaría llegar a alguna conclusión, aunque sólo me sirva durante un tiempo:

  • ¿Es ÉTICO mentir a los usuarios? Bueno, esta pregunta es fácil de responder, ético no es. Ni desde el punto de vista del código deontológico en que se apoya nuestra profesión, ni desde otras perspectivas éticas fuera del Trabajo Social. Éticas particulares a parte.
  • ¿Es ÚTIL mentir a los usuarios? La respuesta a esta pregunta ya no es tan fácil, aunque quizá la dificultad radique en lo mucho que cuesta reconocer que en ocasiones mentimos a los usuarios porque nos resulta útil. También podríamos decir que adornamos la verdad, pero es que a veces la adornamos tanto que la convertimos en mentira. Hablo de esas ocasiones en que nuestra valoración respecto a algún tipo de intervención o la concesión de una prestación o servicio no es del agrado de la persona que tenemos delante y huimos de la verdad con descarada cobardía echando la culpa a los protocolos, la normativa, la comisión valoradora, los recortes o lo que nos pille más a mano. Cualquier cosa a cambio de evitar el conflicto. Lo he hecho y no me siento orgulloso de ello pero mentiría si dijera lo contrario ¡jolín con la mentira!
  • ¿Es NECESARIO mentir a los usuarios? Aquí llega el embrollo padre, porque no sé ni qué contestar. Intuitivamente respondo que no, que no es necesario, pero quizá otras compañeras de profesión puedan ayudarme a encontrar motivos que sustenten o contradigan mi postura. Porque indagando en mi cabeza pienso en alguna ocasión, extremadamente excepcional por fortuna, en que te enfrentas a un usuario conflictivo y decides faltar a la verdad, son los casos en que la mentira es necesaria porque es útil pero ¿te sientes bien al actuar así? En el resto de casos, pongamos como ejemplo que la trabajadora social que coordina el SAD desde la empresa adjudicataria del servicio te pida que mientas porque no tiene auxiliares en la zona, no, en ese caso no es necesario mentir al usuario, más bien al contrario es necesario luchar para que el derecho del ciudadano pueda ejercerse en condiciones óptimas.

     Si para algo me ha servido este blog en el tiempo que lleva de vida es para reflexionar sobre mi quehacer diario y de este modo, intentar mejorar mi forma de trabajar para sentirme más satisfecho a la hora de irme a la cama ¡maldita conciencia castradora! Así que si me dedicase a contar lo bien que trabajo y no reconociese que en ocasiones he mentido, no estaría colaborando al objetivo que me marqué cuando empecé a escribir.

     Ahora bien ¿mentir a un usuario respecto a sus derechos? Mira, por ahí no paso, y que me lo diga una compañera de profesión engorda mi vena Patiño. Y una vez en este punto no me aguanto la referencia al mito masculino por excelencia: sí, a todos nos gusta tenerla grande, pero la nariz en su justa medida, que al final los golpes van siempre al mismo sitio.

1 comentario:

  1. Sos una genia soy trabajadora social y veo mentir a tantas colegas en tantos aspectos que a veces hasta dudo de si tienen el título o es mentira.

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