lunes, 29 de agosto de 2016

ATENCIÓN: ¡¡Equipo feliz en Servicios Sociales!!




     Trabajar en Servicios Sociales implica una carga emocional para la que no todas las personas están preparadas. Ejercer el trabajo social no es una tarea sencilla, exenta de riesgos psicológicos. He visto a alguna compañera sobrepasada por situaciones en el ámbito laboral, yo lo he estado más de una vez. No debe cundir el pánico, sólo hay que parar un instante, reflexionar sobre el momento en el que estamos, ver todos los factores en juego y sacar conclusiones que mejoren nuestra acción. Son los mecanismos del aprendizaje que nos prepara para afrontar futuros retos con mayor control de la situación, también a nivel emocional.

     A veces la situación personal o familiar afecta al trabajo. Hace poco alguien me dijo que no debería ser así, que nuestros problemas personales nunca deberían influir en nuestra atención a la hora de trabajar, pero no comparto esa opinión. Debemos procurar ser eficientes y dejar  nuestras preocupaciones personales fuera de nuestra intervención, pero a mí los superhéroes sólo me gustan en la ficción, prefiero saber que tenemos debilidades y que somos sensibles a lo que pasa a nuestro alrededor, no de otro modo podríamos ser buenos profesionales, cuando nuestra profesión tiene tan importante componente social y humano.

     Llevo una larga temporada en la que preocupaciones y ocupaciones familiares hacen que mi ánimo no esté a pleno rendimiento en todo momento, y a pesar de ello saco el trabajo sin demasiados problemas. Sigo atendiendo a la gente con la amabilidad y profesionalidad que me exijo desde que ejerzo el trabajo social con pasión, y no tengo más fallos o despistes de los habituales en mí (que son unos pocos). De hecho creo que este año estoy logrando organizar mi trabajo mucho mejor y eso me hace más eficaz.

    ¿Cómo es posible lograr todo esto si mi ánimo no siempre está a pleno rendimiento? Diréis que debe haber algún truco y os diré que efectivamente así es, hay truco. Y tengo EL MEJOR TRUCO DEL MUNDO, es absolutamente infalible, pero aunque lo voy a compartir en un instante, no está al alcance de todo el mundo. El truco está en las personas que me rodean. Por supuesto estoy bien acompañado a nivel personal, pero este blog no nació para hablar de mi vida, sino para compartir inquietudes profesionales y eso es lo que estoy haciendo en esta entrada.

     Siempre he tenido trabajando conmigo a los mejores profesionales y a las mejores personas. Puede parecer que me ciega el cariño y quizá en parte sea así, pero estoy plenamente convencido de lo que digo. Me ha ocurrido en casi todos los trabajos que he tenido, pero desde que ejerzo el trabajo social en Servicios Sociales, con la presión que implica en muchos momentos, un pilar fundamental han sido mis compañeras

     Soy consciente de que he tenido suerte, no todo el mundo tiene tan buen ambiente de trabajo como el que yo disfruto, algo fundamental para poder prestar una atención integral y de calidad a los usuarios del servicio del que somos responsables, pero supongo que también he puesto de mi parte para que las relaciones fluyan. Y es que aunque necesito mis momentos de soledad a menudo, si algo me apasiona en esta vida son las personas. Me encanta observar, analizar comportamientos, conversar, profundizar en las relaciones y disfruto como un cochino en un charco con lo mucho que aprendo cada día de la gente con la que tengo la fortuna de cruzarme en mi día a día.

     Y si las personas con las que tengo relación a diario son tan brillantes, alegres y optimistas como las de la canción de R.E.M. que hoy comparto, nada en esta vida puede salir mal. Gente feliz y brillante tomadas de la mano, gente feliz y brillante riendo. ¿Qué más se puede pedir para ir a trabajar cada día con una sonrisa?

P.D. 1. Si quieres saber más de mi día a día en Servicios Sociales puedes leer esta ENTRADA. Y si tienes interés en cómo empezó todo esto puedes leer esta otra ENTRADA.

P.D. 2. Es evidente que esta es una entrada de AGRADECIMIENTO, pero también quiero que sea de MOTIVACIÓN. Un mundo con gente brillante y feliz, a lo R.E.M., puede ser un mundo creativo y ¡alucinante!


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