viernes, 19 de enero de 2018

120 pulsaciones por minuto

ADVIERTO: Escribo esta entrada desde las vísceras más que con la cabeza, pero creo que puede ser una experiencia interesante, porque habitualmente leo decenas de veces cada entrada y dejo pasar días antes de publicarla.

     Ayer vi "120 pulsaciones por minuto" en un preestreno en Salamanca en versión original (se estrena hoy viernes 19) y aún estoy sobrecogido por su fuerza y su desgarro.

     La película cuenta la historia de un grupo de activistas franceses, luchadores de la entidad ACT UP, a principios de los años noventa, cuando el sida se llevó por delante la vida y la esperanza de muchas personas, en su mayoría homosexuales. Jóvenes valientes y desesperados, con tanto por vivir y con tan poco tiempo para hacerlo. Se me caen las lágrimas mientras escribo esto.

     Sus cuestionables (??) métodos de lucha y reivindicación lograron su objetivo: llegar a los medios de comunicación, presionar, que su drama formase parte de la agenda pública. Esta es una peli de ACTIVISMO, con mayúsculas, y viene a darnos una lección de DIGNIDAD, a removernos del asiento y quizá a recordarnos que sólo siendo conscientes de lo que nos jugamos y con acciones contundentes para visibilizar nuestra realidad, lograremos cambios reales y necesarios. Las redes sociales nos ayudan, pero la calle es nuestro espacio.

     1981 fue el año que lo cambió todo. Extraños casos de pneumocystis carinii o sarcoma de Kaposi, en chicos jóvenes con las defensas tan destruidas, que parecía algo imposible para la ciencia médica. Saltaron todas las alarmas, había comenzado la era del SIDA. La vida de los homosexuales de todo el mundo cambió para siempre, fueron años duros, llegaron a pensar que todos morirían, que no había esperanza, y el resto de la sociedad se empleó a fondo para hacerles sentir culpables. No debe ser fácil ver cómo mueren tus amigos, tus amantes, tus  novios, después de un brutal deterioro físico pero sobre todo psicológico. Y no debe ser fácil que te digan, todo el tiempo y desde todos los frentes, que eso es lo que mereces.

     ¿Afortunadamente? la epidemia comenzó a afectar a otros colectivos: yonkis, putas, hemofílicos. Y algunos debieron pensar que unirse era necesario. Hoy ¿sabemos? que esto nos afecta a todos, pero hemos perdido la perspectiva histórica, la gente no muere de sida. "120 pulsaciones por minuto" quiere que conozcamos nuestra historia reciente y que saquemos conclusiones, la era del SIDA no ha acabado aún.

     Act up no era una asociación de apoyo a los enfermos, era una asociación de ACTIVISTAS, de hombres y mujeres con vih, una entidad dedicada a la acción política. Para formar parte de sus filas había que ser, sobre todo, valiente: todo el mundo iba a dar por hecho que padecías la enfermedad y que posiblemente eras un peligro para su salud. La película nos cuenta una pequeña parte de su historia, los primeros años de la década de los noventa, cuando la única medicación existente para el vih (AZT) era puro veneno, aunque salvó muchas vidas. La entidad, a través de acciones con impacto, luchaba para que cambiasen las leyes, potenciar la investigación y mejorar la asistencia a los enfermos. La presión a los gobiernos, a los laboratorios y a la industria farmacéutica era imprescindible.


     Pero la película nos habla de algo más y nos transmite un mensaje brutal: las ganas de vivir, la necesidad de vivir, la urgencia por vivir y exprimir el tiempo y su sabor. Nos habla de la culpa, del rechazo, del estigma, del apoyo entre iguales, nos muestra la lucha pública, en la calle, y la vivencia íntima, en tu casa y con los tuyos. Porque todo activista es una persona, que vive, que sufre, que tiene miedo, que disfruta, que se ilusiona y que se rompe. Algunos homosexuales estamos hartos de que el sexo implique peligro, y estamos hartos de que no exista una educación sexual que valore todos sus aspectos enriquecedores y que no se base en el miedo. Ya es hora de que algunos se enteren de que el sexo es liberador.

     Si este tema os llama la atención y queréis conocer un poco más sobre cine comprometido con el vih, hace tiempo publiqué una entrada en la que hablo de películas imprescindibles: "Dallas Buyers Club"

     ¿Para cuándo en España una película que rinda homenaje a nuestra historia, a la historia del movimiento antisida? Aquí también hemos luchado mucho y hemos conseguido, con esfuerzo, grandes cambios. Vivimos tiempos difíciles, tiempos de menos activismo, de menos conciencia, de escasas políticas públicas que tengan en cuenta que de nuevo, los hombres homosexuales somos los principales afectados por el vih. Y me duele.

     Os dejo con el corto de Roberto Pérez Toledo, una pequeña joya que aprovechando el estreno de "120 pulsaciones por minuto" nos cuenta una historia íntima sobre cómo nos relacionamos actualmente con el vih. Espero que a alguien le haga reflexionar. Disfrutad: 


     Algún día la historia juzgará a las personas que en los años más duros de la era del sida lucharon por vivir y por remover conciencias, y serán reconocidas como lo que fueron: HÉROES. Y yo me siento muy orgulloso de todos ellos.

1 comentario:

  1. También vi la película en los cines Van Dyck de Salamanca.

    Estaba ojeando tu blog y me encontré esta entrada.

    Guardé la frase que más me gustó en Liner .... y de ahí la puse a la cola de edición para publicar en las cuentas de Trabajo Social que gestiono en redes sociales.

    Saludos desde Villamayor ;)

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