miércoles, 22 de febrero de 2017

¡No te estrelles y estudia leyes!

     Pretendo que esta nueva entrada no sea un ladrillo aunque hable de leyes. Vale, ya lo sé, parece imposible, pero seguid leyendo y veréis que lo consigo (o no).

     La relación de amor-odio entre el Trabajo Social y el Derecho es algo que alguien tiene que abordar y hoy me he levantado valiente, quizá temerario ¡me lanzo! Porque aunque nos cueste admitirlo, a las y los trabajadores sociales las normativas nos traen por la calle de la amargura. No a todas, es verdad, que estoy generalizando y eso no es propio de la profesión pero en general nos cuesta. 

     Cuando estudié Trabajo Social venía de varios años cursando Derecho y me convalidaron todas las asignaturas de esta rama de la carrera. Mis compañeras por lo general tenían mucha manía a todas esas materias que a mí me parecen imprescindibles para desempeñar nuestro trabajo, aunque entonces para mí era fácil decir esto pues yo cursaba sólo las asignaturas más atractivas.

     Con el tiempo y una vez estabilizada mi situación laboral terminé la licenciatura en Derecho y aunque tengo que admitir que yo también me peleo mucho con las leyes, sé que para mi trabajo dominar este aspecto es fundamental. Apostaría por intensificar las materias jurídicas en los planes de estudio de Trabajo Social (ay, acabo de recibir insultos por twitter de varios alumnos del grado, sin contar los unfollow y bloqueos varios, perdón, perdón, no lo volveré a repetir).

     Nunca es tarde para ponerse con ello, una buena forma es dedicar de manera sistemática un espacio de tiempo a la semana (venga, quizá al mes) a leer legislación e intentar dominarla, al principio costará mucho pero cada vez será más fácil. Sé que es mucho más interesante hablar de Objetivo Eurovisión y el supuesto tongo en la elección del representante español para Kiev 2017 ¡a mí me lo vais a contar que soy eurofan! pero de verdad, hay tiempo para todo y las leyes  merecen un espacio. Además, este año va a ganar Italia porque su canción es un pelotazo y su representante un pedazo de, un pedazo de... ¡un pedazo de maromo artista! Ahora, a por las leyes.

     La semana pasada tuve que vérmelas con el juzgado y aunque no he salido del todo victorioso, creo que he podido reaccionar mejor porque no le tengo miedo a las leyes ni a los procedimientos legales y judiciales, aunque me siga resultando difícil comprenderlos. Ese es el motivo de escribir esta entrada. Un procedimiento de incapacitación judicial con ingreso involuntario en residencia nos ha tenido en jaque a todo el CEAS. Es de las situaciones más desagradables a las que tengo que enfrentarme en mi trabajo y los procedimientos judiciales complican mucho la intervención, pero no podemos luchar contra molinos de viento, sólo aceptar la situación e intentar movernos en este complejo terreno.

     La relación con el juzgado no ha sido fácil, además hay un montón de factores en juego: profesionales de diferentes ámbitos (juzgado, servicios sanitarios, servicios sociales, guardia civil...), instituciones, centro residencial de destino, vecinos, familia y en medio de todo la persona interesada cuyo presente y futuro se decide sobre el papel. Si el trabajador social que ha de coordinar todo el procedimiento está perdido en mitad de una normativa que le resulta hostil e incomprensible, hay muchas más opciones de que todo salga mal.

     Sobre este tema hablé en una entrada hace tiempo y hoy me resulta más vigente que nunca: ¿Los Servicios Sociales no hacen nada con las personas mayores? Y en este punto sólo me queda una cosa por hacer, animar a las profesionales del Trabajo Social a profundizar en las normativas por las que se ven afectadas las personas con las que trabajamos, y procurar hacer una intervención desde la perspectiva de DERECHOS HUMANOS.

     Para terminar os dejo la canción de Francesco Gabbani, el futuro ganador de Eurovisión 2017 que sé que os ha picado la curiosidad. ¡A ser felices y que el karma haga su función!


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