Hoy es 17 de mayo y eso significa que conmemoramos a nivel mundial el Día contra la Homofobia y la Transfobia. Si quieres conocer el origen de esta celebración reivindicativa lo conté el año pasado en una entrada (aquí) que si lees, podrás conocerme un poco más.
Este año podría contar una situación de homofobia sufrida por mí y de este modo contribuir a desmitificar la idea de que ya está todo ganado, todo hecho, que no hay nada por lo que luchar, pero voy a dejarlo madurar un poco más y seguiré con el plan previsto. Voy a compartir un cuento escrito por mí que habla de estereotipos de género y que considero muy adecuado en esta fecha. Espero que os guste.
Erase una vez, hace muchos muchos
años, unos reyes poco fértiles que deseaban con fervor tener una hija que
heredase su reino. Cada vez que la reina volvía de luchar en alguna de sus
muchas batallas, el rey le recibía con manjares exquisitos, un baño caliente
con aceites esenciales y la cama con dosel preparada para pasar una noche de
máximo placer y lograr descendencia.
La reina era conocida en la corte por
su pericia con la espada, su valentía, su perseverancia, su capacidad para tomar
decisiones y su éxito social, militar y político. El rey, por su parte, era muy
popular por lo bien que atendía el palacio, por su ternura, su generosidad, su
discreción, su entrega a los demás y sus guisos de carne con especias. El
matrimonio era querido y respetado por el vulgo y hacía años que nadie añoraba
la república, pero en su alcoba vivían el drama de no lograr la tan ansiada descendencia,
la primogénita que a su muerte gobernase con mano firme los territorios
conquistados con esfuerzo y estrógenos.
Transcurrido un tiempo y con la ayuda
de ungüentos de una vieja hechicera lograron embarazarse, pero la ecografía de
las veinte semanas desveló aquello que temían: el bebé sería varón. Pronto
asumieron que si no tenían descendencia femenina nadie querría vivir en un
reino gobernado por un hombre, pues sus súbditos eran gente muy conservadora acostumbrada
desde hacía siglos al liderazgo de reinas audaces, valientes y conquistadoras. Lo
intentaron durante años pero los ungüentos no volvieron a hacer efecto en el
vientre yermo de la reina, y por aquel entonces la adopción internacional no
era tendencia.
Así que muy a su pesar decidieron
educar a su hijo para gobernar, intentando no ver que la cabra tira al monte y
que el joven príncipe mostraría desde muy chiquitito predilección por las
tareas del hogar, el diseño de interiores y el color rosa-fucsia.
Siendo un adolescente delicado,
aficionado al ballet y a hacer encaje de bolillos, acudió a una fiesta juvenil
organizada por una periodista estirada y ambiciosa, donde le dieron un hongo
alucinógeno que le hizo dormir por cien años, hasta que una joven e intrépida princesa
de un reino lejano, después de pasar por mil trampas y aventuras, logró
despertarle del profundo sueño con un beso en la mejilla… presentándole, cuando
se hubo quitado las legañas y vestido con ropas que marcaban su cuerpo definido,
a su hermano, un príncipe soñador, atractivo y muy viril, partidario de la
condonación de la deuda externa y la consolidación de unos Servicios Sociales
de calidad y con el que compartía muchas aficiones (la lectura, la danza, salir
al campo a recoger margaritas o el macramé) motivos más que suficientes para
que nuestro joven príncipe cayera enamorado tal y como había soñado durante
años.
Se casaron con los pies descalzos para
sentir la tierra a la que estaban vinculados por linaje, expulsaron de su reino
a los prestamistas, a los usureros y a todos aquellos que querían echar a otros
injustamente de sus casas, inventaron los derechos humanos, la educación
pública, la sanidad universal y la ley de dependencia, prohibieron la caza de
elefantes y fueron felices, comieron muchos y exquisitos guisos de cocina
vegana y juntos fundaron el primer reino gobernado por hombres sensibles.
Y colorín colorado, este cuento no tan
monárquico como aparenta, ha terminado.
Por suerte, los hombres muestran cada vez más sus sentimientos. Esto no quiere decir que los hombres de antes no fueran sensibles, pero se cometió el gran error de educar a los chicos de tal manera que parece que si un chico se muestra sensible, o que le gustan ciertas cosas, es poco hombre o incluso homosexual.
ResponderEliminarYo siempre he entendido que un hombre homosexual es aquel al que le gustan los hombres. Eso no tiene que ver con que a esos hombres les guste el ballet, ni con que se les vea poco masculinos (lo cuál es muy subjetivo), ni a que se arreglen más, ni a que pasen de las mujeres (aunque no se enamoren de ellas), ni a que pasen del fútbol, ni a muchas cosas que, a poco que conozcamos a unas ciertas personas, son clichés que fallan más que una escopeta de feria.
De hecho, y ahora que estamos en el mundo de los blogs, por lo que estoy viendo, los bloggers (hombres) más reconocidos y que más visitas reciben son los que se muestran sensibles. Que son asimismo los que más comentarios reciben. Y la gran mayoría de ellos son heterosexuales.
El atribuir sensibilidad a las mujeres y no a los hombre es un error, no se nos puede hacer opuestos, yo no creo que lo seamos. Por eso que quien piense que un hombre tiene que ser una piedra se equivoca de largo. Un hombre sensible es un hombre de verdad, no hay más masculinidad que esa.
No sabía que hoy era el día contra la homofobia, el día del Orgullo sí me suena más. Yo también trataré un poco este tema, bueno, ya empecé a hacerlo de refilón. Muy bueno también el relato :).
Un abrazo :) :) :)
Tienes toda la razón, Carolina, el mundo está lleno de estereotipos y prejuicios que tienen muy poco que ver con la realidad. Una persona homosexual es aquella que siente atracción (afectiva, sexual...) por las personas de su mismo sexo, sin más, el resto de características que podamos añadir es una cuestión cultural, hasta ahora la ciencia no ha probado nada más.
EliminarEl cuento es una forma de darle la vuelta a la tortilla pero haciendo una caricatura, nada que ver con la realidad, quería mostrar algo gracioso para desmitificar un poco y celebrar este día.
Y como tú comentas, por suerte cada vez más, la sensibilidad es algo que también se valora en los hombres.
Gracias por comentar, es siempre un placer!!!!!!
Muy didáctico y gracioso. Gracias por escribirlo.
ResponderEliminarJesús
Gracias a ti por leerlo y comentar. Me he divertido escribiéndolo que era el objetivo, compartir una historia reconocible por todos con un toque de humor y alejada de la realidad, que nos hace falta soñar un poco. Un abrazo, Jesús!!!
Eliminar¡Que bueno! Aunque los cuentos, cuentos son, me parece una buena idea, original y que toca puntos muy sensibles de una sociedad a la que aún le falta mucho por cambiar, comprender, tolerar, aceptar y sensibilizar. ¡Felicidades por tu trabajo y tu compromiso!
ResponderEliminarViniendo de ti, Arturo, la valoración me hace mucha ilusión. Muchas gracias, me alegro que te haya gustado y que extraigas tantas conclusiones. Respecto a lo último... trabajador a veces pero comprometido siempre!!! Un abrazo grande!!
EliminarMe ha encantado...
ResponderEliminarAlmu
Qué bien, me alegro... hay que renovar los cuentos populares, Almu!!!! Abrazotes!!!
EliminarEladio, este cuento expresa el hombre del RENACIMIENTO que llevas en tu interior. El hombre nuevo del siglo XXI, quien ha desbancado al Dios de la Edad Media, aquel hombre que sólo se ocupaba de la salvación de su alma. Ahora el hombre actual tiene un alto grado de su propio cuerpo y vive en la igualdad; desterrando el machismo y el feminismo. Los prejuicios y los complejos. ¡Bravo por tu cuento!
ResponderEliminarEso es lo que busco, Pedro, ir desterrando poco a poco prejuicios y complejos, aunque respecto a algo que dices voy a matizarlo, yo me defino como pro-feminista, pues el feminismo no es lo opuesto al machismo, sino un movimiento que surge para reivindicar la igualdad de las mujeres (y no la superioridad como sí ocurre con el machismo) motivo por el que me parece que hoy sigue vigente, igual que otras luchas que permanecen activas, como el activismo LGTB, para que recibamos el mismo trato y tengamos las mismas oportunidades independientemente de nuestra orientación sexual. Gracias por comentar y por aportar, un abrazo grande!!
Eliminar