
En otra entrada de este mismo blog (aquí) expliqué la diferencia que la ley establece entre destinatarios, separados en dos grupos: estructurales y coyunturales. Los coyunturales son aquellas personas que se encuentran en situación de carencia temporal de recursos y los estructurales aquellas en quienes además concurre algún factor social que compromete su inserción social. La diferenciación es perversa y los criterios para su clasificación ambiguos.
Cuando existen dudas, los trabajadores sociales tenemos que determinar en el informe social si existe alguna circunstancia que comprometa la integración social de la unidad de convivencia, pasando a catalogarse como estructurales si se acredita alguno de estos factores. Yo personalmente he realizado muchos informes justificando la inexistencia de circunstancias de vulnerabilidad social, salvo como es lógico, la falta de trabajo y medios económicos de subsistencia, situación en la que se encuentran más de seis millones de españoles, por otra parte. Pero la Administración autonómica me ha devuelto algunos, alegando criterios alternativos y "forzándome" a cambiar la clasificación a estructural. ¿Cuál es la consecuencia de este cambio de clasificación? Que estas familias deben firmar un Proyecto Individualizado de Inserción conjuntamente con el trabajador social y someterse a un seguimiento periódico por parte de los profesionales de Servicios Sociales Básicos, al objeto de comprobar que cumplen los compromisos acordados.
Cuando existen dudas, los trabajadores sociales tenemos que determinar en el informe social si existe alguna circunstancia que comprometa la integración social de la unidad de convivencia, pasando a catalogarse como estructurales si se acredita alguno de estos factores. Yo personalmente he realizado muchos informes justificando la inexistencia de circunstancias de vulnerabilidad social, salvo como es lógico, la falta de trabajo y medios económicos de subsistencia, situación en la que se encuentran más de seis millones de españoles, por otra parte. Pero la Administración autonómica me ha devuelto algunos, alegando criterios alternativos y "forzándome" a cambiar la clasificación a estructural. ¿Cuál es la consecuencia de este cambio de clasificación? Que estas familias deben firmar un Proyecto Individualizado de Inserción conjuntamente con el trabajador social y someterse a un seguimiento periódico por parte de los profesionales de Servicios Sociales Básicos, al objeto de comprobar que cumplen los compromisos acordados.
Puesto que en muchos casos, como he señalado, el único factor que pone en riesgo la inserción social de los destinatarios de esta prestación es la ausencia de trabajo y por lo tanto, de medios de subsistencia, el único compromiso que se le puede pedir es que realicen una búsqueda activa de empleo. Resulta paradójico hacer esta exigencia en la actual coyuntura: buscar trabajo hoy en día es tan improductivo como desesperante. Deberíamos de pensar que la gente, por lo general, prefiere trabajar.
Y como a pesar de todo lo dicho mi opinión no influye para nada, y es necesario hacer un seguimiento semestral de estas prestaciones desde los Servicios Sociales para comprobar que cumplen con los compromisos, en mi Centro hemos decidido un cambio de estrategia, algo que sí está en nuestras manos. Hemos decidido alternar los seguimientos individualizados con seguimientos grupales. Si seguís el blog de Nacho Santás, estaréis al tanto de que es una herramienta que él utiliza habitualmente. Mi compañera, la Animadora Comunitaria, tenía ganas de llevar a la práctica esta iniciativa y la Técnica de inclusión social nos apoyó en su puesta en marcha. No me diréis que no hacemos trabajo en equipo ¿verdad?
Ya hemos realizado la primera reunión grupal de seguimiento, en la que aprovechamos para trabajar temas que creemos son de interés para todo el grupo, dejando a un lado las cuestiones particulares. En esta primera ocasión, después de introducir la sesión con habilidades de inteligencia emocional, nos centramos en la defensa de derechos. Como os podréis imaginar, las quejas sobre cómo se sienten tratados por distintos organismos de la Administración pública, son habituales, por eso nos parece tan importante trabajar este tema de forma grupal.
En este sentido me gustaría hacer mención a la comunicación presentada por Mar Ureña en el XII Congreso de Trabajo Social: "Derechos en los Servicios Sociales versus criminalización de los/as ciudadanos/as en situación de probreza y/o exclusión". Si tenéis oportunidad de leerla, no dejéis de hacerlo, porque nos da algunas claves para trabajar el tema.
A partir de ahora tendremos que evaluar la eficacia de este sistema, pero de momento ya hay otro Centro de nuestra provincia que nos ha pedido la programación de esta sesión para ponerlo en marcha. Según nos han contado, la sesión ha sido bien valorada tanto por los profesionales como por los usuarios.
En este sentido me gustaría hacer mención a la comunicación presentada por Mar Ureña en el XII Congreso de Trabajo Social: "Derechos en los Servicios Sociales versus criminalización de los/as ciudadanos/as en situación de probreza y/o exclusión". Si tenéis oportunidad de leerla, no dejéis de hacerlo, porque nos da algunas claves para trabajar el tema.
A partir de ahora tendremos que evaluar la eficacia de este sistema, pero de momento ya hay otro Centro de nuestra provincia que nos ha pedido la programación de esta sesión para ponerlo en marcha. Según nos han contado, la sesión ha sido bien valorada tanto por los profesionales como por los usuarios.
¿Y por qué os cuento todo esto? Pues de nuevo voy a hacer referencia a Nacho, que siempre nos anima a compartir el Trabajo Grupal: que aquello que hagamos no se quede solamente en nuestro espacio, compartir nuestra experiencia puede ser útil para otros. Os lo cuenta él mismo en esta entrada de su blog: aquí.