"Jon and Alex" Premio Worl Press Photo 2014 |
Hoy es 17 de mayo y el calendario me recuerda que se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia. Hace dos años en este blog os conté el origen de esta fecha (aquí) y justo hace un año compartí un cuento escrito por mí como herramienta de lucha y normalización (aquí).
Este año os podría enumerar muchos motivos por los que sigue siendo necesario hablar de homofobia pero ¿sabéis qué? no me apetece.
No me apetece hablar del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que considera justificado el veto a la donación de sangre por parte de homosexuales. Porque parece que nuestra sangre es una sangre enferma, una sangre pecadora, una sangre sin capacidad para dar vida a nuestros hermanos heterosexuales.
Tampoco me apetece hablar del asqueroso y electoralista Plan de Apoyo a la Familia, aprobado en campaña electoral por el gobierno podrido que dirige este país, y que nos incluye a las familias LGTB entre aquellas con problemas y necesidades especiales. Al ministro Alonso le diría que nuestro principal problema es que alguien como él exista en este mundo y que no tenemos precio, que no estamos en el mercado, que nuestra dignidad no está en venta y que mi familia no es igual que la suya, claro que no, porque en mi familia no hay homofobia y en la suya sí, los problemas están en su familia, así que mejor que en ese apartado de su asqueroso plan incluya entre las familias con problemas a aquellas familias, que como la suya, están enfermas de homofobia, y que se gasten ese dinero en educarles.
Y por supuesto no me apetece hablar de las agresiones que seguimos sufriendo las personas LGTB, del miedo a denunciar cuando las sufrimos, y de la ineficaz respuesta institucional. En enero mi ciudad, Salamanca, era noticia por una agresión de carácter homofóbico y las autoridades parece que no saben, no pueden o no quieren actuar de forma contundente. Estos son nuestros problemas, ministro Alonso, estos. Y a pesar de todo yo sí estoy dispuesto a donar mi sangre a quienes padecéis la enfermedad de la homofobia, porque el derecho a la vida, a la salud y a la dignidad están por encima de nuestras diferencias.
Hoy podría reivindicar que quedan muchos pasos por dar para que las personas LGTB dejemos de dar la lata con lo nuestro. Una ley nacional contra la violencia por orientación sexual, luz verde a la gestación subrogada, una legislación más avanzada respecto a la transexualidad, firmeza ante cualquier discriminación en el entorno laboral, escolar, sanitario, etc.
Sin embargo, hoy prefiero hablar de las buenas noticias, de visibilidad y de cambios, de todo aquello que ayuda a acabar con la homofobia. Prefiero hablar del primer ministro de Luxemburgo, Xabier Bettel, que se ha casado con su novio y a pesar de semejante osadía, su país no ha entrado en quiebra. Prefiero hablar de Toni Cruanyes, presentador de informativos catalán, que con absoluta naturalidad informó de su permiso por paternidad al haber sido padre junto a su marido.
Hoy prefiero acordarme de los dieciséis países que en los últimos nueve años han despenalizado la homosexualidad, de los dieciocho países donde el matrimonio entre personas del mismo sexo ya es una realidad legal, de los muchos países que están a un paso de conseguir la igualdad legal (¡ánimo Perú!) y de España, país pionero que este año celebra el décimo aniversario del matrimonio igualitario. Y aunque hoy me he propuesto hablar sólo de cosas buenas, me gustaría decirle a los 136 diputados que votaron en contra de esta reforma y a los seis que se abstuvieron que me dais asco y vergüenza ajena, este país no merece ser representado por gentuza como vosotros. A los 183 que votaron a favor simplemente ¡GRACIAS!
Y para terminar quiero hablar de amor, de reconocerse en la mirada del otro, de sentirse a través de la piel, de saberse querido y valorado, de caminar en la vida junto a alguien que te ama y a quien amas, del derecho a ser feliz. Nadie puede robarnos la posibilidad de disfrutar de una vida plena.
Por eso he acompañado esta entrada de una foto ganadora, la imagen de una pareja homosexual en San Petersburgo, que ha ganado el Premio World Press Photo, uno de los más importantes premios de fotoperiodismo que ha contribuido, de este modo, a visibilizar la homofobia en Rusia. Creo que la mejor herramienta que tenemos para luchar contra el rechazo es la visibilidad de nuestra vida y nuestra forma de amar.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy buen post. De acuerdo contigo. No hay que dejar la lucha contra los que tú llamas "enfermos" de homofobia. Ese sí es un mal. Y contra los medios que cobardemente callan o que sólo hablan del tema cuando necesitan audiencia y no por real compromiso con la igualdad y la libertad.
ResponderEliminarY tus palabras sobre el Amor (con mayúsculas) hablan muy bien de tu gran corazón.
Gracias por tu compromiso. Un abrazo.
Gracias Arturo, siempre tan amable. Nombras dos frentes prioritarios de actuación, los enfermos de homofobia y los medios de comunicación que actúan como parte necesaria por complicidad.
EliminarEste año además quería dar una visión positiva, nombrar los avances, no sólo en España sino a nivel mundial. Y hablar de amor es necesario, porque a eso se reduce todo, a la necesidad de amar y al derecho a que nos dejen vivir nuestra forma de amar en paz.
Gracias a ti, un abrazo grande!
Eladio, me ha gustado el mensaje que has transmitido y la forma de hacerlo. No te ha faltado ni sobrado ni una coma. Yo me enorgullezco de tener los amigos homosexuales que tengo!!
ResponderEliminarHoy he leido un comentario en facebook que ha compartido también un buen amigo tuyo y que creo que viene como anillo al dedo a esta entrada y quiero también compartirlo aquí:
"Odio la palabra homofobia. No es una fobia. Usted no tiene miedo. Usted es, simplemente, un imbécil" Morgan Freeman
Hola Eduardo!!
EliminarYo también me enorgullezco de los amigos heterosexuales que tengo, y de los gays, lesbianas, trans, bi... porque los amigos se eligen y eso es lo maravilloso, nadie es mejor ni peor por su orientación sexual, no tiene sentido elegir amistades en función de ese detalle.
Yo también leí esa frase de Morgan Freeman y me gusta mucho, las cosas bien claras y con humor, que se asimilan mejor y dejan huella. Aunque no puedo evitar matizar, como le dije a él, pues hay quien ve muy adecuada la palabra homofobia, porque en muchos casos sí hay miedo, miedo a la propia homosexualidad, y de ahí surge el rechazo.
Gracias por lo que dices de mis palabras, eres único, Eduardo, un abrazo grande!!
Hola Eladio,
ResponderEliminarsobre todo cuando leí lo de la donación de sangre me quedé...
No se puede explicar. Ni por la cabeza se me hubiese pasado que esto fuera cosa de la UE. Si me dices Irán, desgraciadamente, pues me lo creo. Creo que ya te conté lo que vi en la tele inglesa sobre la homosexualidad en Irán. Y vi otro de una chica marroquí lesbiana que decía que le hubiera gustado ser "normal".
Muy buen artículo, los puntos sobre las íes.
Besos :)
Hola Carolina.
EliminarLo de la donación de sangre es de locos, pero lo de incluirnos a las familias homoparentales entre las familias con problemas, no es menos locura. Sobre todo porque seguro que en sus cabezas eso era una gran idea, como un guiño al colectivo LGTB, pensarán que con esa ayuda económica que su desquiciante plan establece para las familias homosexuales, nos están haciendo un favor, cuando lo que hacen es tratarnos como lo han hecho toda la vida, con superioridad moral, como si fueran mejores que nosotros. Pues yo les digo que ese dinero no lo quiero, que lo dediquen a otras cosas más necesarias, porque a mí no me compran tan fácilmente.
Seguro que aún no comprenden la reacción de rechazo que se ha generado entre el colectivo LGTB, pues ellos dan tanta importancia al dinero, que aún se estarán preguntando por qué algunos ponemos la dignidad por encima del sucio metal.
Gracias por lo que aportas, Carolina, y por la capacidad que tienes para sacar en los comentarios temas que me permiten añadir contenidos y explicaciones muy interesantes.
Gracias!!!